Tanto los seres humanos como los minerales tenemos un campo de energía e información no perceptible por los sentidos físicos en un estado de conciencia ordinario. El del ser humano es cambiante e influenciable por nuestra propia mente, emociones, relaciones entre egos… El campo de energía e información de los minerales es estable y puede interactuar con nuestro campo energético y responder a nuestra energía.
Las propiedades perceptibles físicamente de los diferentes minerales, como su color, patrón de cristalización, armonía, transparencia, nos hablan de las cualidades de energía.
En el ser humano, el campo de energía e información es algo "complejo". Tenemos una mente consciente con la que nos identificamos, una mente subconsciente donde guardamos información (programas, emociones e información no gestionada, creencias…) que nos condicionan profundamente. Creamos toda una serie de mecanismos interiores para alejarnos emocionalmente de aquello que asociamos con miedo o dolor y acercarnos a lo que asociamos con placer, nutrición… Esto ocurre, seamos o no conscientes de ello, ya que los programas funcionan a nivel subconsciente de forma automática, y en base a ellos forjamos la idea de "nosotros mismos", de "la vida" y de "los otros".
También tenemos una mente supraconsciente o superior, conectada directamente con la fuente de la que formamos parte. Es una parte sabia y amorosa, lo que somos más allá de este cuerpo, mente, emociones y ego. A nuestra parte supraconsciente normalmente la ignoramos y silenciamos. Quizás simplemente tenemos tanto ruido mental que no podemos acceder a ella, o al dar más credibilidad a la mente racional, cualquier cosa que provenga de esa mente superior no lógica lo descartamos.
Con esta estructura de funcionamiento interno nos abrimos (o cerramos) al mundo, y vamos formando nuestro "personaje" con el que nos relacionamos con la vida. Creamos una armadura para proteger nuestras heridas y le sacamos brillo para sentirnos adecuados y que nos quieran.
Esta forma de proceder nos desequilibra energéticamente a varios niveles, creando bloqueos en nuestro flujo de energía, en nuestra conexión con nuestras energías superiores (alma, espíritu, guías, etc…) y en nuestra relación de alma y corazón con los demás. Estos bloqueos se manifiestan en nuestro eje de luz y en los diferentes chakras o centros energéticos. Si el desequilibrio no es mirado, se manifiesta en lo físico (o emocional) mediante dolores o enfermedades que nos indican qué aspecto hemos descuidado o gestionado desde el miedo.
Las emociones reprimidas, miedos, estructuras de pensamientos… se almacenan en nuestro sistema energético.
Podemos acceder a la energía bloqueada mediante nuestros sentidos sutiles y modificarla / liberarla / armonizarla en Terapia mediante la energía de los minerales, entre otras cosas.
Podemos acercarnos a la energía de los minerales y comenzar a aprender a trabajar con ellos, en el Taller Descubre y Siente los Minerales
Paloma Godoy
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