El agua cálida resbalando por tu piel, sintiendo la relajación a su paso...
El roce de las sábanas en tu piel desnuda en la cama...
La visión de un paisaje armónico, o una flor colorida, o el mar al atardecer....
Nuestros días están llenos de placer. Puede ocurrir que no tengamos la suficiente presencia para entregarnos a la experiencia...
Puede que vivamos en piloto automático. Puede que en lo profundo no nos sintamos merecedoras...
Una melodía que estremece...
Sentir una mano deslizando suavemente por tu cabeza...
Una caricia amorosa en la nuca....
Acariciar suavemente una superficie rugosa... meter la mano en arcilla...
Esas cosas ya nos ocurren todos los días. ¿Por qué no nos permitirnos abrirnos plenamente a ellas?
Tan solo hay que parar y vivir el momento con plena presencia.
La mente es programable, eso lo sabemos ya. También sabemos que donde pones tu atención, se magnifica (es magia, pero también es como funciona nuestro cerebro).
Nos podemos haber programado para ser eficientes, para ser serviciales, para estar alerta a lo que pueda ocurrir… ¿Por qué no incluimos el placer en esa programación?
Simplemente, párate y respira… Siente cómo entra el aire fresco en ti… Siente el placer de liberar el aire…
Tan simple y tan poco habitual como estar plenamente presente.
Tan simple y tan desafiante como estar profundamente conectada con tu cuerpo.
Sentimos desde el cuerpo, experimentamos placer desde el cuerpo…
Sentir un sabor, una textura y deleitarte en la experiencia…
El viento, acariciando suavemente la piel…
Sentir la lengua dentro de la boca húmeda…
Sentir la humedad de mi vagina, solo llevar mi conciencia a mi vagina y sentir...
Nos podemos ir reconectando con el placer y programando a nuestra mente para que le dé espacios de presencia.
Es tan simple como abrirnos a apreciar los placeres que la vida nos regala a diario.
Disfrutando plenamente de esos momentos de presencia, pueden hacerse cada vez más frecuentes y dilatados... así funciona nuestra mente.
Una caricia... que te das o te dan....
El aroma a café... a fruta madura.. a jazmín... a tierra mojada...
Acariciarte el vientre con delicadez y calidez...
Quizás al incluir de este modo el placer en tu vida se abre una comprensión de la sensualidad que te sorprende... Si no lo pruebas, no lo sabrás. Quizás la sexualidad toma una dimensión más profunda y plena...
El gozo de una caricia con plena presencia...
Abrirte a una mirada amorosa y permitir que acaricie tu fondo...
El aroma de la persona a la que amas... la calidez de su cuerpo... sentir su respiración en tu piel...
Permitir que tu placer se expanda sin objetivo y sin expectativa... cuando simplemente eres...
No es hacer, es permitir la expansión natural, entregarnos...
Quizás recorrer ese camino es tan simple como comenzar a deleitarte plenamente al sentir el agua cálida descender por tu cuerpo en la ducha...
El roce de las sábanas en tu piel desnuda en la cama...
Extasiarte ante los colores de una puesta de sol…
Tomar consciencia de la belleza que nos rodea y vivir nuestra inmensa capacidad de gozo…
Tan solo toma un instante par deleitarte con el aroma de la flor…
...
...
...
Respira.... siente cómo entra en aire en ti... y el placer de la inspiración....
Crea tu propia página web con Webador