El día y la noche, las estaciones del año, las mareas, los ciclos de la luna, nuestro ciclo menstrual...
Somos seres sensibles, profundamente conectados con la naturaleza cíclica vital, intentando encajar en un patrón lineal de concebir la vida. Hemos adquirido un modelo que no respeta nuestra naturaleza. Es un modelo que va muy bien para un sistema productivo en que cuanto más haces o tienes, eres mejor.
El esquema social establecido es lineal, idealmente de crecimiento exponencial, orientado a conseguir objetivos y al éxito entendido como obtener algo. Hay una serie de cualidades deseables (los orientados a ese éxito definido por la sociedad) y otras cualidades que aparentemente no tanto.
En la naturaleza, hay una ciclicidad, un equilibrio, hay ritmos, hay estaciones. La naturaleza, de la que somos parte, es cíclica. Los animales viven en sintonía con esos ritmos, a excepción de los seres humanos actuales.
Hemos modificado nuestro entorno para que sea también lineal: disponemos de determinado tipo de alimentos todo el año, cultivando bajo plástico con luz artificial y hormonas, o trayéndolo de otras partes del mundo.
Las pantallas y la luz artificial modifican nuestro biorritmo, desvinculándonos del ciclo natural de la luz que afecta a nuestro sistema hormonal. Nos alimentamos de comida procesada y tomamos complementos vitamínicos para poder mantener el ritmo...
No se trata de una crítica a los avances, que tanto nos han mejorado la vida. Se trata de que haya cierto equilibrio, coherencia y consciencia en los hábitos de vida que elegimos tener.
Dentro de esta estructura lineal, esperamos de nosotras una linealidad en cuanto a nuestra "productividad", nivel de energía física y mental, concentración y capacidad analitica, libido y deseo, disfrute de lo social...
En ese intentar encajar en lo que creemos que "se nos demanda", vamos perdiendo el contacto con nuestra esencia real, con nuestra naturaleza cíclica. La forma más común de hacerlo es forzándonos a "estar a la altura" a base de silenciar nuestras necesidades internas que nos piden otra dinámica. De esta forma reprimimos las diferentes fases que transitamos en nuestro ciclo, forzando unas fuerzas que de forma natural nos demandan otra cosa.
Las mujeres en la etapa vital en la que menstruamos somos cíclicas, es decir, SOMOS, todo el tiempo. No se limita a los días de sangrado.
La orientación de nuestras energías, sensibilidad, deseo, libido, sociabilidad, pensamiento abstracto y analítico, intuición, capacidad de relacionarnos con nuestro subconsciente y lo sutil y un largo etcétera, son fluctuantes a lo largo del ciclo, pero tras mucho tiempo de no atender lo que somos, se nos olvida nuestro diseño y además acabamos viviendo de forma poco funcional determinados momentos del ciclo.
Si aprendemos a escuchar y honrar nuestras energías, respetando los dones de cada parte del ciclo, podemos vivir de forma más orgánica con nosotras mismas, comprender nuestras dinámicas y poner las cualidades que tenemos potenciadas al servicio de lo que deseamos para crear la vida que queremos.
Para esto es fundamental, primero, la consciencia de esa ciclicidad y el conocimiento de determinadas cosas relacionadas con el ciclo, y luego la autobservación durante algunos ciclos, ya que somos únicas en nuestros momentos vitales, esencia, información del linaje, experiencias condicionantes, apertura a la vida...
Para comenzar este autoconocimiento, lo más sencillo es seguir un diario donde anotes todas esas cualidades que quieres observar, que incluyan la información del momento del ciclo en el que estás, la fase lunar y la estación del año. Doy por sentado que has observado cómo te afectan las diferentes fases de la luna, si no lo has hecho… ¡qué bien! Se abre ante ti un maravilloso camino para seguir conociéndote y maravillándote de lo interrelacionado que está todo.
Presta también atención a los sueños. Nos relacionamos con nosotras mismas de forma muy frecuente a través de los sueños; nos damos información muy valiosa de nuestros procesos, y sobre todo de lo que se mueve de fondo… Pon especial atención a los sueños con carga emocional, a los sueños en los que se muevan situaciones o personas del pasado, sueños con contexto familiar, o en la primera infancia. En los sueños, observa tu comportamiento y emociones, date cuenta de tu relación con las personas que aparecen, aunque a priori no tenga sentido, anotalos y transcurrido un tiempo, leelos todos… te sorprenderás.
En el taller sobre la "Mujer Cíclica, Baila al son de tu música" trabajamos a fondo estas energías de diferentes formas , así como la resignificación de la menopausia. En el taller "Mujer, Reconoce tu Poder" tenemos un primer acercamiento para comprendernos y poder empezar a tomar consciencia.
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