Un cuerpo censurado o culpable no se permite sentir placer.
Gracias a nuestro cuerpo vivimos esta experiencia humana. A través del cuerpo sentimos, amamos, nos relacionamos…
Cuando censuramos algo de nuestro cuerpo, nos cuesta habitarlo plenamente. La desconexión de nuestro cuerpo es la desconexión de parte de nuestra sabiduría.
Vamos a realizar un viaje a través de nuestra relación con nuestro cuerpo, nuestras creencias y memorias, para amarnos y habitarnos plenamente desde la inocencia. Vamos a recuperar la sacralidad del cuerpo femenino, tan opacada por creencias (de esas que no se expresan con palabras), con orígenes en la religión y sociedad en la que ha sido "educado" nuestro linaje.
Cuando negamos o censuramos (de forma consciente o inconsciente) una parte de nuestro cuerpo, o nuestra propia naturaleza, estamos enviándonos determinada energía e información. Si no amamos y aceptamos nuestro cuerpo, nos costará habitarlo sin conflicto y sentir el placer del que somos merecedoras y nos abre a recibir la vida en todo su potencial.
Cuando sentimos nuestro cuerpo inocente y sagrado, le quitamos las cargas impuestas, y nos experimentamos sin juicio, apreciando la majestuosa belleza de la creación en nosotras, podemos abrirnos al placer, la sensibilidad, el poder y la sabiduría.
También conoceremos otra forma de relacionarnos energéticamente con nuestro cuerpo de mujer, conociendo su esencia, respetándola y potenciándola.
Puedes seguir leyendo sobre esto en El Cuerpo, Nuestro Templo Sagrado y Soberanas de Nuestro Placer.
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